sábado, 8 de agosto de 2009

El clasemedia y Mirtha Legrand (82)


El clasemedia promedio es un ferviente admirador de Rosa María Juana Martínez Suárez, viuda de Tinayre, más conocida como Mirtha Legrand, una mujer nacida el 23 de febrero de 1927 (a la fecha acredita 82 añitos, si las matemáticas no me son esquivas) en Villa Cañás, provincia de Santa Fe.
En el marco de la tilinga farándula vernácula es considerada una “diva” y se la denomina cariñosamente “Chiqui”.
Antes de ser la anfitriona de los almuerzos televisados, por los que desfilaron personajes despreciables, fue una actriz de cursilería espantosa, protagonista de decenas de películas olvidables y justamente olvidadas.
Este verdadero estereotipo de la decadencia cultural puede aparentar ignorancia, y hasta ingenuidad, pero si se recuerdan algunas frases que ha deslizado a lo largo de su extensa vida y se observan las alianzas que ha sabido cultivar, habrá que creer que se está en presencia de un verdadero mamarracho, sí, pero de notable perversidad.
Repasemos un par de los innumerables infames pasajes de su fruncida trayectoria:
* En 1978, flanqueada por Susana Giménez se escandalizaba en un almuerzo porque se atacaba la imagen de nuestro país en Francia (por la desaparición de las monjas Alice Domon y Leonie Reneé Duquet ) y con infinita ternura recordaba que el genocida Jorge Rafael Videla había llorado durante el Mundial 78, “que tanto bien nos hizo”.
* El 20 de marzo de 2000 le dijo a Cecilia Rossetto (talentosa actriz, mujer de extraordinaria dignidad): “Vos estás muy politizada, querida. Cada vez que te invito hablás de temas pasados de moda, como la izquierda y el comunismo. ¿No será por eso que te quedaste afuera de la televisión?”. Rossetto contestó que hablaba de política porque tenía un marido desaparecido, lamentó su ausencia de la TV y mencionó que muchas “que les praticaban la fellatio a los genocidas siguen saliendo en las tapas de las revistas”. ¡Glup! Y al corte…
Después… bueno…
Luego de ser expulsada de la TV tiempo después de las elecciones de 1973, recobró su lugar tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 gracias al almirante Emilio Eduardo Massera y José Alfredo Martínez de Hoz.
En todo ese período fue mansa y silenciosa respecto de la extensa lista de artistas y gente de los medios de comunicación prohibidos, exiliados o desaparecidos.
Con el advenimiento de la democracia las cosas no le fueron tan bien: entre 1984 y 1989 decayó su estrella y fue a parar a la televisión por cable, pero recuperó su espacio con la llegada del nefasto Carlos Menem al poder y lo agradeció con almuerzos a solas. Esa fue una de sus épocas de gloria.
Actualmente en América, se inclina ante los dólares del “filántropo colombiano” (Horacio Verbitsky dixit) Francisco De Narváez y dice pelotudeces (perdón, pero no hay otra palabra para definir ciertas frases) que tienen como único fin quedar bien con su patrón, como cuando dijo que “la gente tiene miedo” porque el gobierno manda “a la impositiva, a la Side” si se lo critica y puso como ejemplo el temor a hablar en un restaurante. “Yo he vivido esa época, es terrible”, agregó.
Más allá de que sabemos que ella ha vivido todas las épocas, les ofrezco una respuesta de una entrevista que concedió a Perfil, esta mujer que trabajó a lo largo de toda la dictadura en medios de comunicación.
Fue bravo, pero la verdad es que mucho no me daba cuenta. Estaba en el 13, que lo manejaba la Marina. Lo que sí había era prohibición de ciertas figuras. Te ponían un sellito en las listas que yo mandaba de futuros invitados. Nos ponían ‘no recomendado”.
A confesión de partes, relevo de pruebas.
El clasemedia la adora, y hasta cree que Silvia Legrand no es la melliza, sino la abuela de la “Chiqui”.

2 comentarios:

  1. Hola compañero, primera vez que entro a su blog y la verdad me gusto mucho el texto debajo del nombre del blog.

    El post sobre la gorila Legrand también muy bueno.

    Afgregaré su blog en mi blog roll para que la gente que me lea tambie´n sepa de su blog.

    Le mando un abrazo.

    Saludos desde La Pampa.
    www.lapampaperonista.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Sabés? Mirtha Legrand no me simpatiza mucho a mí.
    Casi diría que siento hasta cierto desprecio por la vieja. Bahhh un poco más que desprecio. Un odio profundo. Aunque quizás un poco más que eso. Inquína le tengo. Pero para ser franco también me produce repulsión, malestar estomacal y caspa.
    No la quiero mucho a la vieja Mirtha yo.

    ResponderEliminar